18 ene 2008

El hombre del saco


De seguro cuando eras pibe y querias salir a jugar, te decian que habia un hombre con un saco o costal y que te podria atrapar. Pues en realidad, el hombre del saco si existio, no fue una invencion de los padres, pues ocurrio en Gador, una poblacion Española.

La historia es algo cruel. Si eres sensible, cuidado.

El famoso “hombre del saco”, su nombre era Julio Hernandez Rodriguez, apodado “Sacamantecas” o “el tonto” y natural de Almeria (España), aunque este fue un simple cómplice, ya que como veras a continuación, habian dos personajes bastante importanets.

Los hechos ocurrieron en Julio de 1.910

A Fernando Ortega, un lugareño de la zona de Gádor , le fue diagnosticado una tuberculosis y Francisco Leona (curandero y barbero) le aconsejó a Fernando que para curar la Tuberculosis lo único que serviría seria beber sangre de niño caliente y untarse sus mantecas por el pecho. Fernando se lo pensó y aceptó, con lo cual Francisco (por una cantidad elevada de dinero) contrató a un hombre llamado Julio Hernandez Rodriguez el cual tenia problemas mentales.

El dia 28 a las 7 de la tarde, Bernardo Gonzalez (el niño de 7 años) se hallaba jugando en un campo de la zona con otros niños. Mientras, Julio se encontraba escondido entre las malezas, esperando el momento de atrapar a uno de los niños. Bernardo al ver a Julio se acercó para decirle si jugaba con el (la inocencia de un niño…) y Julio aprovechó para atraparlo y meterlo dentro del saco, llevandolo hacia el cortijo donde estaba el curandero, mientras el niño lloraba y pataleaba.

Una vez que todo el mundo estuvo en la casa, sacaron a Bernardo del saco, despierto pero aturdido, y le realizaron un corte en la axila para sacarle sangre, que recogieron en un vaso. Mezclada con azúcar, Ortega se bebió la sangre antes de que se enfriara. Mientras, Julio mató al pequeño golpeándole la cabeza con una gran piedra. Francisco abrió el vientre del niño y le extrajo la grasa y el epiplón, y lo envolvió todo en un pañuelo que puso sobre el pecho de Ortega. Una vez terminado el ritual, ocultaron el cuerpo en un lugar conocido como Las Pocicas, en una grieta en la tierra, y lo taparon con hierbas y piedras.

Al realizar el reparto de dinero, Leona intenta engañar a Julio y no le paga las cincuenta pesetas que le prometieron por el asesinato. Éste decide vengarse y le cuenta a la Guardia Civil que ha encontrado el cuerpo de un niño por casualidad mientras cazaba liebres. Detuvieron a Leona por tener antecedentes, y éste culpó a Julio, que en un principio declaró haber presenciado el crimen desde unos matorrales. Al final los dos hombres confesaron el crimen.

La Guardia Civil detuvo a todas las personas implicadas en el asesinato de Bernardo. Leona fue condenado al garrote vil, pero murió en la cárcel. Ortega y Agustina fueron también condenados a la pena máxima y ejecutados. José fue condenado a 17 años de cárcel y su mujer, Elena, fue absuelta. Julio el tonto, condenado en un principio al garrote vil, fue indultado.

Si supiera que el hombre del saco me iba a llevar para destazarme, no hubiera salido nunca de la casa (gulp)

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